El “perfil racial” es un criterio normalizado en muchas identificaciones o controles, en el que se pide la documentación a personas seleccionándolas exclusivamente por su aspecto físico. Es decir, no se las para por lo que han hecho, sino por tener rasgos físicos identificados como varios por la población mayoritaria. Estas identificaciones se dan de forma generalizada y con total impunidad, tanto en espacios públicos como privados, hasta tal punto que se han normalizado y forman parte del paisaje diario de nuestros pueblos y ciudades. Pero no son normales: son ilegales y criminalizadoras.
Para hacerle frente, hemos puesto en marcha la campaña “Parad de pararme. La apariencia no es motivo”, con el apoyo indispensable de un amplio abanico de entidades y colectivos. massage.dating – sensual massage – erotic massage. Los objetivos primordiales son:
- Visibilizar las identificaciones policiales por perfil racial y hacer un primer estudio del contexto en Cataluña.
- Desnormalizarlas. Animar a las personas que viven y/o ven paradas racistas a denunciarlas o, al menos, comunicarlas.
- Incidir políticamente para que las identificaciones policiales por perfil racial sean explícitamente prohibidas y activamente perseguidas.
¡Ve a la página de la campaña!
¿Qué puedes hacer tú?
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Experiencias y conocimientos
«Pidieron disculpas, pero no a mí, sino a mi padre»
Marc fue identificado por la Guardia Urbana en el centro de Barcelona cuando iba acompañado de su padre, que es blanco. Cuando el padre reclamó a los agentes el motivo de la detención, éstos no supieron qué responder y acabaron pidiendo disculpas, pero no a Marc, sino a su padre. Por él, las identificaciones racistas provocan una actitud de estar a la defensiva. A nivel identitario, pueden crear una sensación de impotencia y desarraigo. Estar informado sobre la ilegalidad de las identificaciones raciales es para Marcos la primera herramienta para evidenciarlas.
“Cuanto más preguntaba el porqué, más enloquecían”
Eduard fue parado por la policía nacional en la estación de autobuses de Castellón. Cuatro agentes le arrinconaron y lo registraron, obligándole a sacar todo lo que tenía en los bolsillos, mientras le hacían preguntas intimidatorias como “qué haces aquí” o “dónde vas”. Explicó a los agentes que tenía nacionalidad española, puesto que era hijo adoptado de origen dominicano y padres catalanes. Los agentes no dejaron de sospechar de él hasta que comprobaron su identidad.
«Si no tienen motivos, que no nos detengan»
Moha ha perdido la cuenta de las veces que le han parado a lo largo de su corta vida. Unas 10, dice, en lo que llevamos de 2018. Es incapaz de recordarlas todas porque que lo pare la policía es algo tan habitual como que le pidan qué hora es. Lo que sí sabe es que los paros por #perfilétnico le han estropeado el día en que aprobó el carnet de conducir, le han hecho perder un tren, le han dejado en evidencia ante los amigos de su padre y han hecho que el dependiente del supermercado desconfíe de él porque “algo habrá hecho” si le paran tanto.
«Estoy harto de vivir perseguido»
Ngoy Ngoma es coordinador del proyecto AfroDiccionario y miembro del equipo de implementación del Decenio Afrodescendente en España. Ha vivido en Madrid prácticamente toda su vida, pero eso no le exime de sentirse controlado, acosado y perseguido por la policía en base a su color de piel. En este vídeo explica una de las identificaciones policiales que ha sufrido, en la que, pese a haberse identificado correctamente, acabó detenido y acusado de desobediencia. Asegura que las principales consecuencias de encuentros incómodos e injustos como éste con la policía son el miedo, la desconfianza y la inseguridad.
«Si callamos, nadie nos tendrá en cuenta»
Sara (nombre ficticio) viajaba a Londres con su padre una semana después de haber adquirido la nacionalidad española. Estaban muy emocionados hasta que, en la cola para embarcar en el avión, después de haber pasado todos los controles de seguridad sin problemas, las azafatas del vuelo de Ryanair les detuvieron y les pidieron documentación más allá del pasaporte, como ahora la dirección de su domicilio o el número de cuenta bancaria.
“Enséñame la mochila. Das con el perfil”
Sergi (nombre ficticio) explica cómo se desarrolló la última de las muchas identificaciones por perfil étnico que ha sufrido a lo largo de su vida. Entre otras cosas, resalta la importancia de aprender a defender los derechos de uno mismo sin ponerse en peligro y de denunciar que “dar con el perfil” no es motivo suficiente para estar permanentemente expuesto a ser detenido por la policía en la vía pública.
«Por mi color de piel, el Estado presume que soy delincuente»
Isabelle y Esther Mamadou forman parte del equipo de implementación del Décimo Internacional Afrodescendente en España. Ellas han sido las primeras de España en denunciar un caso de discriminación racista frente al Grupo de Expertos sobre Afrodescendientes de la ONU. Esther admite estar harta y molesta por el hecho de que el Estado presuma que, por su color de piel, es delincuente o se encuentra en una situación administrativa irregular y, en consecuencia, la pare constantemente de forma indiscriminada. Isabelle siente miedo y desconfía de las fuerzas del orden.
«Pueden venir en cualquier momento a identificarme»
Toni (nombre ficticio) estaba descansando sentado en un banco después de ir al mercado con su pareja, como hace casi todos los viernes. Se le acercaron dos hombres de forma intimidante, apoyando los pies sobre el banco en el que él estaba. Empezaron a hablar con él en un tono amenazante: “¿Qué haces aquí sentado? ¿Quién te ha dado permiso? Negro, si no eras nada ni nadie, así que escúchame: estoy harto de los negros como tú”.
Hasta los huevos de las paradas policiales racistas
Manu (nombre ficticio) fue detenido en la entrada de la parada de metro de Santa Eulalia, en Hospitalet. Pese a haberse identificado desde el primer momento, los cuatro Mossos d’Esquadra que estaban efectuando labores de “prevención del delito”, quisieron registrarlo. Él solicitó ir a comisaría pero los agentes no se lo concedieron. Entonces, decidió desnudarse y entregar la ropa a los agentes en señal de protesta.
“¿A ti qué te parece? A un alemán no lo voy a identificar”
Que las identificaciones policiales basadas en el color de la piel o la etnia sean una práctica común, no significa que sean legales. Shan se sintió discriminado y criminalizado cuando un agente de la Policía Nacional le pidió los papeles sin motivo aparente. Y convencido de que estaba vulnerando sus derechos, lo denunció. En estos momentos su caso se encuentra frente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
«Hay que diferenciar entre un criminal y una persona negra»
El hermano de Natascha vino de Bélgica, su país natal, para realizarle una visita con su mujer. Después de una noche de copas, la pareja volvía a casa de su hermana. Mientras la mujer se sentaba en un banco para descansar, él le bromeaba para que siguiera caminando. Una agente de la Guardia Urbana les ve y acusa al chico de estar agrediendo a su mujer. Ellos lo niegan y siguen caminando pero unas calles más allá se encuentran unos Mossos d’Esquadra que quieren detenerle: «quizás es normal en tu país, pero pegar a las mujeres no lo está aquí».