Kalilu Jammeh, autor del llibre “El viaje de Kalilu” va concedir una entrevista pel diari El periódico el dia 19 d’octubre.
En el seu llibre, el noi gambià relata la seva travessia cap a Europa, el paradís somniat per molts africans. En el seu cas, el seu camí cap al continent va ser infernal i va durar dos anys en el que va viure situacions preocupants i lamentables.
A continuació us adjuntem l’entrevista, pensem que és interessant per entendre a l’autor i què representa per a ell haver deixat el seu país per a anar a viure a un altre totalment diferent.
–¿Por qué emprendió el viaje?
–Quería estudiar. Como otros muchos africanos, yo perseguía el sueño de que Europa es un paraíso.
–Y no lo es.
–Esa es una gran mentira. Los africanos creen que en Europa la vida es fácil, hay mucho trabajo y dinero y todos son felices.
–Y en agosto del 2002 inició el camino hacia su sueño.
–Los hombres de contacto, que trafican con los jóvenes, me aseguraron que llegaría en dos o tres semanas. Hice dos intentos, tardé 18 meses y vi centenares de muertos.
–¿Qué fue lo más duro del viaje?
–La travesía es un holocausto ignorado. Sólo el 5 por ciento llegan. El resto mueren de hambre, son asesinados o se quedan por el camino.
–No regresan a su tierra.
–No tienen dinero para ir ni para volver. Y temen regresar por no admitir su fracaso. Son muertos en vida. Nadie sabe de ellos nunca más.
–Usted siguió.
–En Argelia me pilló la policía. Pasé meses en cárceles infrahumanas. Un día nos pusieron en un autobús y nos dejaron en el desierto, sin agua ni comida. Vi a mujeres encintas y bebés morir de hambre y cansancio.
–¿Cuándo decidió escribir el libro?
–Las calles de Burkina Faso estaban atestadas de niños huérfanos hambrientos y a la deriva. Decidí que si llegaba, tenía que hacer algo, advertir a otros jóvenes para que construyan su futuro en su tierra.
–Llegó a Lanzarote el 14 de diciembre del 2003.
–Salimos en dos pateras hechas con tablones y con 35 personas en cada una. Era noche cerrada. El motor de la otra patera estalló. Durante media hora escuchamos los gritos de la gente sin poder hacer nada, separados por olas que eran montañas. Hasta que se hizo el silencio. Hay dos grandes cementerios en África, el desierto y el mar.
–¿Encontró su paraíso?
–No. La vida en Europa no es fácil. Pierdes a tu gente y tu vida.
–¿Volverá a Gambia?
–Sí. Trabajo en un plan de cooperación con huérfanos que promueve la educación y la agricultura, para que los jóvenes no tengan que dejar África. Para que un país vaya bien, debe tener buenos cimientos.