[CATALÁ]
Desde los movimientos migrantes, colectivas antirracistas y colectivos de defensa del barrio, Suport Casa África y Resistim al Gòtic, condenamos el desalojo militarizado de la Casa África, el pasado miércoles 6 de abril, en calle Canuda 37 donde vivían, desde noviembre del 2019, 30 vecinos y hermanos migrantes.
Este desahucio ha sido promovido por la propiedad del edificio, el Centro de Estudios de Hotelería y Turismo CETT-UB, adscrito a la Universidad de Barcelona. Y ha sido ejecutado mediante un dispositivo policial absolutamente desproporcionado, con 11 furgonas de la ARRO de Mossos de Esquadra, utilizando elementos represivos poco vistos en anteriores desahucios, como “drones”. Al empezar el despliegue policial, además, los Mossos d’Esquadra intentaron expulsar del cordón a los periodistas y medios que cubrían el desahucio.
Al llegar el dispositivo policial, alrededor de las 8h de la mañana, las personas que se encontraban en situación irregular ya habían abandonado el inmueble, para no ser identificadas. Este hecho dejó todavía más en evidencia el ridículo del operativo montado para dicho desahucio. Más allá de ello, estos operativos tan desproporcionados y violentos comportan serias consecuencias. Una de las personas habitantes de la casa, con una patología cardíaca, sufrió una crisis de ansiedad y, a pesar de la negativa de los Mossos d’Esquadra, requirió asistencia médica. Por otro lado, el dispositivo ha supuesto la identificación de 23 personas solidarias, que se enfrentan a acusaciones en el marco de la Ley Mordaza, que el Departamento de interior se ha comprometido hace varios meses a no aplicar.
Antecedentes:
La Casa África de Barcelona se conformó como un proyecto de autoorganización de personas migrantes africanas, que llegaron a la Estación del Nord en el año 2018, recibidos por el colectivo Emergencia Frontera Sur. Juntos, han sobrevivido a diversos intentos de desahucios. El primero, en la hasta ahora tapiada Teixonera del Poblenou, donde contaron con el apoyo de vecinas y de colectivos como la Flor de Maig, y desde donde han formado parte de la vida social y asociativa del barrio. Posteriormente, sobrevivieron a un incendio en un segundo edificio del mismo barrio, que todavía está en obras, y del cual el Ajuntament de Barcelona también intentó desalojarlos. Después de ser acogidos provisionalmente en Can Batlló y poco antes del inicio de la pandemia, ocuparon el edificio del carrer
Canuda 37, en el barrio Gòtic. Un edificio que hacía muchos años que estaba sin uso, propiedad del CETT-UB, del cual fueron desahuciados el pasado miércoles sin recibir ninguna alternativa
habitacional por parte de la Administración.
Casa África ha sido, durante todos estos años, un proyecto de vivienda, pero también de acogida de y para inmigrantes procedentes del continente africano. Un espacio que permitía a los jóvenes migrantes que huyen de sus países en conflicto, y que no reciben ningún soporte institucional, encontrar refugio, recursos y orientación para poder sobrevivir. Casa África, además, ha participado del tejido social del barrio, en las redes de apoyo mutuo durante la pandemia y ha arraigado en un territorio que necesita
de proyectos como este.
Actualmente, muchos de los integrantes de Casa Àfrica se encuentran todavía en situación administrativa irregular y sobreviven como pueden, sometidos por la Ley de Extranjería, realizando trabajos precarios como riders o chatarreros. La violencia diaria, sistémica que padecen se ha visto todavía más reforzada por el violento desahucio que han sufrido el miércoles, en plena celebración del ramadán.
Desde octubre hasta hoy:
Hace unos meses, en octubre de 2021, los vecinos de Casa África recibieron la primera orden de desahucio. En aquel momento, y viendo la actitud beligerante de la propiedad, desde colectivos de
soporte interpelamos al Ajuntament de Barcelona y a la Universidad de Barcelona para que forzaran al CETT-UB a parar el lanzamiento y sentarse a negociar. Gracias a dicha presión conseguimos un período de 4 meses, que se alargaba hasta el 28 de febrero de 2022, en el cual se abría una negociación entre Ajuntament, propiedad y habitantes de la Casa África, para encontrar soluciones que no pasaran por un desahucio sin alternativa.
Durante estos 4 meses, tanto el CETT-UB como el Ajuntament han dejado pasar el tiempo sin hacer absolutamente nada. A los primeros ya les iba bien, porque nunca han querido negociar nada más que no fuese el desahucio forzoso, pero es destacable la falta de implicación y esfuerzos de los segundos. Todo y ante los reiterados avisos y recordatorios desde Casa África y las colectivas de soporte, el Ajuntament no se puso a negociar de manera más o menos seria hasta el pasado 14 de febrero, cuando tan solo faltaban 15 días para la finalización del período de 4 meses de negociación. El CETT-UB, por su lado, se ha negado desde el principio a hablar con los y las vecinas de la finca, y se ha evadido en todo momento de cualquier responsabilidad sobre sus habitantes, mostrando nula empatía por la situación y priorizando, sobre todo, su negocio particular. El 1 de marzo, finalizado el período de la supuesta negociación, el CETT-UB reactivó el proceso de desahucio, y el Juzgado fijó el 6 de abril como nueva fecha de desalojo. Dicha fecha fue notificada a los habitantes de Casa África el pasado 16 de marzo, quienes inmediatamente la notificaron también al Ajuntament.
Desde noviembre de 2021, los miembros de Casa Àfrica han recibido numerosas visitas tanto de Serveis Socials como del servicio de Sipho. Visitas que, como se ha comprobado el pasado miércoles, no han servido absolutamente de nada. El Ajuntament conocía desde hacía meses (sino años) la situación de Casa Àfrica. Conocía desde el 16 de marzo, también, la fecha de desahucio fijada. Y así y todo no tenían preparada ninguna alternativa habitacional. Una vez ejecutado el desalojo, pudimos comprobar la evidente falta de previsión. El personal del Centre d’Urgències i Emergències Socials de Barcelona, el CUESB, se presentó sin ningún traductor, sin informes previos, sin información. En una situación traumática y en medio de la calle, los compañeros tuvieron que explicar de nuevo, y desde el inicio, toda su situación. La primera pregunta del CUESB, ante la sorpresa e indignación de todos, fue “si tenían amigos o familiares que les
pudieran acoger”.
El CUESB se ha retiró finalmente ofreciendo nada más que una pensión temporal para la familia con menores. Para el resto de habitantes tan solo una noche de albergue, que la mayoría han rechazado por dignidad, y una cita al día siguiente con el SAIER, sabiendo que este organismo NO cuenta con recursos habitacionales.
Una vez más, fue la solidaridad y la autoorganización vecinal la que dio respuesta a una situación de emergencia que es, en el caso de Casa África, la tercera vez que se repite. Si los compañeros no han dormido en la calle es gracias, únicamente, a la solidaridad vecinal y antirracista.
Denunciamos:
● Al CETT-UB, por la violencia en el trato, la falta de empatía, la falta de humanidad y la falta
de voluntad de diálogo ante una situación que, en definitiva, es un reflejo de los conflictos a
nivel global. Una institución supuestamente educativa que esconde, en realidad, una única
voluntad de negocio y explotación.
● Al Gobierno del Estado, por la Ley de Extranjería que hace la vida imposible a nuestras
compañeras y hermanos migrantes, y todos los protocolos de acogida racistas y selectivos.
● Al Departament d’Interior y los Mossos d’Esquadra de la Generalitat de Catalunya, por el
despliegue policial violento y desproporcionado contra las vecinas.
● Al Ajuntament de Barcelona, por la desídia, la falta de previsión y la dejadez de funciones a
la hora de encontrar alternativas para los habitantes y el proyecto de Casa África
Finalmente, exigimos:
● A todas las Instituciones, un sistema de acogida que incluya a TODAS las personas refugiadas
y migrantes, independientemente de su origen. No hay excusas. Se ha demostrado que, si hay
voluntad política, se puede acoger a todas.
● A el Ajuntament de Barcelona, la aceleración de una solución habitacional digna para todos
los habitantes de Casa África y una solución también para el proyecto colectivo,
imprescindible para tantas personas migrantes.
● A la Generalitat de Catalunya, el fin de estos dispositivos policiales desproporcionados,
destinados a vulnerar los derechos más básicos de las personas.
● A la Universidad de Barcelona, un posicionamiento público sobre la actitud y la actuación de
su centro adscrito, el CETT-UB. Una institución pública como la Universidad no puede restar
importancia a una actuación como esta, en contra de los derechos humanos.
en Barcelona, a 8 de abril de 2022
Suport Casa Àfrica
Resistim al Gòtic
Dan apoyo, inicialmente:
Tras La Manta
Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona
Tanquem els CIEs
Movimiento #RegularizaciónYa
CNAACAT. Comunitat Negra Africana i Afrodescendent a Catalunya
Emergencia Frontera Sur
Bloque Anticolonial de Barcelona
Colectiva Katari
La Negreta, Espai Social del Gòtic
Associació de Veïnes i Veïns del barri Gòtic
Espai La Tregua de Gràcia
Arte Sin Fronteras
Red Feminista Chilenas BCN
Mujeres Pa’lante
Irídia – Centre per la Defensa dels Drets Humans
SOS Racisme Catalunya