Finalmente deportan a Lester

 Lester estaba durmiendo cuando la policía llegó el viernes a las tres de la madrugada al Centro de Internamiento de Extranjeros para llevárselo. En silencio, sin avisar a nadie, ni a su familia, ni a su abogada, ni a él mismo. Por la mañana, su cuñado llamó al teléfono público que tienen en una de las salas del CIE, para preguntar como otras veces por Lester, de Guatemala. La búsqueda de quien cogió el teléfono no tuvo respuesta hasta que uno de los compañeros de cuarto de Lester se acercó para decirle que no tenía que seguir gritando, que ya no estaba.Lester es guatemalteco y estaba detenido en el CIE de Valencia desde hace dos semanas. Lo habían arrestado en Castellón cuando al bajarse del tren se le acercó un policía para pedirle los papeles. No los tenía, y lo mandaron directo al CIE. Su historia la contamos hace unos días en periodismohumano, ( No queremos que deporten a nuestro amigo Lester (I) es (o era) estudiante de segundo de interpretación y su ilusión por ser actor fue la que le trajo a España hace tres años. Tres años que ha dedicado al estudio y al trabajo, rodeado de amigos que hace dos semanas no daban crédito a lo que estaba pasando y que hoy están abatidos. Cuando hablamos con Sonia apenas puede descolgar el teléfono, se acaba de enterar de que Lester va de camino a Madrid, al aeropuerto, donde van a meterlo en un avión con destino a Guatemala. Sin despedidas.

Sonia nos cuenta que Lester le había dicho que últimamente no podía dormir, por el miedo. “Hace unos días se habían llevado a un amigo hondureño de madrugada, me dijo que desde que se enteró estaba teniendo pesadillas. Yo intentaba tranquilizarle diciéndole que eso no iba a pasarle a él”. Pero ha pasado cuando ha cumplido dos semanas de encierro. “Estaba triste y decaído. Normal de dos semanas encerrado en una cárcel, que eso es el CIE, sólo por no tener documentación en regla”.

A pesar de todo, Lester siempre se ha mostrado tranquilo cuando hablaba por teléfono con todo el que le llamaba, ”hablaba de la forma más normal para no preocuparnos, pero me contó que dentro del CIE había mucha gente que no se duchaba porque el agua estaba tan caliente que dolía al caerle en la piel. Él tenía unas cacerolas donde recogía agua que dejaba enfriando debajo de la cama”. Sonia lo cuenta con rabia, su voz va y viene. Dice que está cabreada con el mundo, con las leyes. “La ley española tiene muchas trampas, te hacen creer que puedes poner recursos pero luego te mandan a tu país con un proceso rápido. Es un engaño”.

Lester presentó un recurso cuando lo detuvieron, ayer por la tarde lo rechazaron, se supo que había una plaza libre en un avión a Guatemala, el juez firmó su expulsión y en cuestión de horas todo se ha acabado. Lester vuelve a Guatemala, se va con lo puesto, sin tiempo para recoger sus cosas, sin nada de lo que ha construido en los últimos tres años y con una prohibición de volver a entrar en España en los próximos que puede ser de tres, de cinco o de diez años. “Le han echado del país como a un puto perro“, dice Sonia. En España, ya no hay sitio para Lester.

 

Font: Periodismohumano

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