La política de Extranjería: una maquinaria de esclavos

La Federación de Asociaciones de SOS Racismo del Estado Español muestra su rechazo más contundente a las prácticas laborales de la vendimia en Castilla y denuncia la situación de miseria, explotación laboral y vulneración de los derechos más fundamentales de las personas inmigradas de origen rumano y búlgaro, mano de obra de la cosecha.
Ante esta situación queremos analizar y denunciar las siguientes cuestiones:

  • La economía española crece gracias a prácticas como ésta, en las que la inmigración pasa a ser exclusivamente vista como mano de obra barata y representa la nueva esclavitud del s.XXI. Las tareas agrícolas llevan años manteniéndose con la precaria situación de las personas que trabajan como temporeras. A situaciones como las del Levante español, por cierto olvidadas y permitidas, donde continúan malviviendo los trabajadores marroquíes en cortijos abandonados mientras en la provincia no deja de crecer el PIB; se suman situaciones similares ahora en la vendimia de Castilla. Cambian las caras de las personas trabajadoras y de las entidades empresariales, pero la hipocresía y el afán de enriquecimiento sigue siendo el mismo: horas mal pagadas aprovechando la situación administrativa de las personas inmigrantes, no cotización a la seguridad social, campamentos insalubres (cuando no tinajas) y por si esto fuera poco, criminalización de las personas inmigrantes ( mucho más si son de etnia gitana) que se presentan como una amenaza a la estabilidad de los municipios, por lo que las víctimas acaban siendo carne de cañón de la policía, como hemos visto este verano.
  • Ante esta situación, la pasividad de un gobierno estatal que tiene diferentes parámetros a la hora de medir las situaciones. ¿A qué espera para tramitar los papeles de estas personas y para multar a las empresas? ¿A qué espera para replantear el cese de la moratoria para estos ciudadanos europeos de segunda? ¿Por qué solo tiene dudas cuando está en juego la gran vendimia española y en cambio no plantea ninguna medida en su política de expulsiones? ¿No hubo ya bastante amnistía para las empresas durante el proceso de normalización? ¿Acaso el Gobierno pretende hacer valer las quejas de estas entidades empresariales que hasta hace dos días “no sabían” como debían contratar a las personas que pretendían trabajar como temporeras? (Porqué, puestos a preguntar; ¿tampoco sabían que las personas vivimos en casas y no en tinajas?) ¿Alguna vez Delegación de Gobierno ha dado tantas oportunidades a las personas inmigradas que no cumplían todos los requisitos para sus trámites? Si somos Europa ¿por qué la vendimia española no cumple unos mínimos como la francesa?
  • Y para acabar de ver los actores de esta película, nos preguntamos ¿qué hacen los grandes sindicatos, aquellos que propusieron y defendieron la moratoria de dos años para otorgar la autorización de trabajo a los nuevos ciudadanos comunitarios? Es que también creen en la “ingenuidad” de estos agricultores? ¿O es que también creen en trabajadores de primera y de segunda?

Desde SOS Racismo denunciamos la hipocresía de un sistema que a partir del racismo institucional legitima la explotación laboral y la exclusión social. La inmigración sólo se ve de dos formas según el momento y los intereses: como una amenaza y la culpable de todas las plagas o como mano de obra barata y sin derechos. Definitivamente una vergüenza para una sociedad que se dice democrática y moderna.
17 de septiembre 2007,
Federación de Asociaciones de SOS RACISMO del Estado Español.

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