Ousmene Ly (Dakar, 1959) es un ejemplo de integración cultural.Hoy es el secretario general de la Asociación de Senegaleses de Vitoria.

Pregunta.- ¿Es fácil ser negro en Álava?

Respuesta.- (Duda). Creo que sí, pero siempre hay una minoría que discrimina. Hay gente que no tolera a los negros.

Ousmene Ly (Dakar, 1959) es un ejemplo de integración cultural. Recibe a este periódico en su casa, descalzo y enfundado en una camisa de cuadros y un pantalón de pinza. Hoy es el secretario general de la Asociación de Senegaleses de Vitoria. Años atrás, perteneció a entidades homólogas en Italia y Francia. ¿Por qué? Para hacer valer los derechos de sus paisanos y desdibujar agresiones racistas como la acontecida el pasado miércoles en Lantarón. Conoce a los cuatro inmigrantes agredidos y ayer mantuvo una reunión en Vitoria con dos representantes del consulado senegalés y con el director de Inmigración del Gobierno vasco.

Pregunta.- ¿Es fácil ser negro en Álava?

Respuesta.- (Duda). Creo que sí, pero siempre hay una minoría que discrimina. Hay gente que no tolera a los negros.

P.-¿Fue eso lo que pasó en Lantarón?

R.- Sí. M.T. (uno de los cuatro agredidos en Miranda de Ebro) era el hombre de confianza del jefe de la empresa y tenía bajo sus órdenes a uno de los jóvenes implicados en las agresiones con barras de hierro. No aguantaba (el principal imputado) que un negro le dijese lo que tenía que hacer.

P.- ¿Cómo ha reaccionado la comunidad senegalesa ante lo que parece ser una agresión de carácter racista?

R.- Con rabia, con dolor. Nunca hemos respondido a esos ataques con violencia, pero en la asociación sabemos que si sacamos esa rabia puede ocurrir algo mucho peor de lo que ha pasado.

P.- En agosto de 2008, en Almería, ya se produjo una verdadera batalla campal a raíz de una agresión de una persona de etnia gitana que acabó con la vida de un senegalés. Dos viviendas incendiadas, bomberos y policías heridos… ¿Cree que puede suceder algo parecido en Miranda de Ebro?

R.- Me fío mucho de la justicia. Ése es mi principio. El color no está por encima de la ley.

P.- ¿Están ustedes tomando medidas para calmar los ánimos del colectivo?

R.- Sí, con charlas que forman parte de los objetivos de la asociación. Hay que facilitar la interpretación de los chicos para que no tomen represalias, para que siempre tengan en cuenta las leyes.

P.- Todos los implicados en las agresiones están en la calle. ¿Está teniendo en cuenta la ley los intereses de los senegaleses agredidos?

R.- No puedo opinar sobre la decisión del juez. Pero si tenemos en cuenta la versión de la empresa y el contenido de la denuncia… No lo veo justo. Los implicados viven muy cerca de los agredidos. Todo puede volver a repetirse.

P.- Usted se desplazó hasta Miranda de Ebro para ver a los agredidos y mantiene un contacto diario con ellos. ¿Cómo están?

R.- El primer día que fuimos a verles, S.T. (uno de los senegaleses que tuvo que ser ingresado) no podía abrir la boca y su cabeza estaba muy hinchada. Hoy tienen miedo. Les querían matar y ahora se pueden cruzar con ellos por la calle.

P.- ¿Qué iniciativas se están poniendo en marcha desde la asociación?

R.- El próximo sábado 31 tendrá lugar una concentración en Vitoria, en la Plaza de España. No es una concentración de insultos, sólo queremos que la justicia haga su trabajo.

P.- ¿Qué respaldo cree que tendrá el acto?

R.- De momento vendrán 12 asociaciones de senegaleses. De Vitoria, Durango, Bilbao, Cantabria… Y también se sumarán amigos españoles que nos quieren mostrar su apoyo.

P.- Desde SOS Racismo se ha denunciado que este tipo de altercados xenófobos no se enmarcan en actitudes puntuales. ¿Cree que en Euskadi impera un clima de hostilidad contra el inmigrante?

R.- Somos una comunidad mirada con lupa. Para cualquier cosa, es difícil que nos den la razón. Solemos tener trabajos temporales y es muy fácil echarnos. Ser negro en Álava implica que puedas perder tu trabajo con más facilidad.

P.- Un ejemplo.

R.- El mío. Entré a trabajar hace año y medio en una empresa de fundición en Júndiz con tres compañeros españoles. Hago el mismo trabajo que ellos, pero a los tres les hicieron fijos a los seis meses. Con el tiempo le dije al encargado que si yo no valía, que me echase. Si no hubiera pedido explicaciones, seguiría en la misma situación.

P.- ¿Hasta dónde piensa llegar la comunidad senegalesa con sus demandas?

R.- Hasta el final. No vamos a permitir que nos traten así por ser negros.

Font:  El Mundo

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