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#NOTÍCIA: CIE: Los rostros del CIE

A l’inici de la campanya de Tancarem el CIE, el col·lectiu Ruido Photo va realitzar un reportatge impactant sobre la història de persones que havien estat retingudes a un CIE. Ara volem recuperar aquest treball per recordar un dels motius principals per lluitar pel tancament del CIE: acabar amb la privació de llibertat de les persones que allà s’hi retenen, i tot el que aquesta privació comporta.

Pau Coll – Ruido Photo

Abdou Sech. Senegal. 53 días en el CIE.

Adbou no se llama Abdou. Escogió este nombre para aparecer en el reportaje en recuerdo de un amigo suyo deportado hace poco más de un mes. Esconde su identidad por la orden de expulsión que tiene vigente. Su historia empieza en el 2008 en un hospital de la periferia de Kaolack, Senegal, en el que su madre agonizaba. “Yo no soy el mayor, pero mi madre, cuando moría en el hospital, sus ultimas palabras me las dijo a mi: cuida de tu familia”. Abdou se quedó sin padre ni madre y con 6 hermanos “y desde ese día he sacrificado mi vida para venir aquí. He hecho 4 días de mar, sin comer, sin beber…Yo he venido con amigos de mi mismo barrio, se han muerto delante mío, en la patera mismo. Te mueres, la gente te mira, estas muerto, te cogen, y al agua”.
Hoy, Abdou vive en uno de esos pueblos de la costa mediterránea que los turistas invaden 3 meses al año. El 31 de marzo de este año fue detenido en la estación de tren del aeropuerto del Prat en Barcelona. Fue entonces cuando supo que tenía una orden de expulsión del país que nunca se le había notificado. Fue entonces cuando conoció el CIE de la Zona Franca de Barcelona.
“La comida es… tu sabes que esto no lo vas a comer, malísima. Nunca comería eso en la calle. Y la poli, cuando vienen enfadados, tu tienes que pagar los platos rotos. Yo he iniciado dentro una huelga de hambre. Cuando yo estaba dentro, había una paisano mío (refiriéndose a Mamadou Balde), cuando el llevaba cinco días nos empezamos a conocer, hablamos, compartimos tabaco y tal. Yo cada día lo veía peor, se encontraba flojo, cada día mas delgado, tosía y le salía sangre.” Una noche, justo antes de entrar en las celdas, Mamadou se desplomó delante de todo el mundo. A las pocas horas estaba hospitalizado y diagnosticado con tuberculosis. Al día siguiente, aproximadamente la mitad de personas internas en el CIE de la Zona Franca se plantaron en huelga de hambre para pedir análisis médicos. “Están jugando con mi vida, yo no lo voy a permitir, yo he entrado sano, si me expulsan me tienen que llevar sano a mi país, si me sueltan, también: me tienen que soltar sano”.
Los huelguistas consiguieron negociar directamente con el director del centro, que aprobó una revisión medica para las personas más cercanas a Mamadou. Abdou estuvo entre los seis primeros analizados. Los seis dieron positivo en tuberculosis y se les agendó una segunda prueba al cabo de 4 días para confirmar el diagnóstico. La mayoría de estas pruebas nunca se pudo realizar. Cinco de los seis positivos fueron puestos en libertad antes, incluyendo a Abdou. “Me he encontrado bien. Fui al médico pero aún tengo que esperar que me manden la tarjeta del médico de aquí”.
Podeu llegir més històries al blog de tancaremelcie i a eldiario.es

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