A una comissaria de policia de Kosice, Eslovàquia, nou agents de l'ordre , van tancar dins d' una habitació a sis nens d’ètnia gitana, i van cometre amb tots ells mil i una degradacions. Sota crits aterradors i temibles amenaces, els van forçar a agredir-se físicament entre ells, a despullar-se, i a petonejar-se, mentres gossos agressius els bordaven indiscriminadament. Alguns dels menors, van ser fins i tot, lesionats pels animals.
Per sort, un familiar d’un dels policies que va gravar les humiliacions no va poder reprimir-se, i va denunciar el martiri infringit als nens, després d’enviar la gravació on es reproduïen el fets, al periodista Tom Nicholson del diari “SME” de Bratislava.
A les darreres noticies sobre el cas, el Ministre d’ Interior, Robert Kalinak, va manifestar que almenys set dels policies acusats de formar part de “la diversió” perdrien el seu lloc de feina.
Des de Unió Romaní Internacional, instaran a les autoritats eslovaques, al Parlament, i a la Comissió Europea per a què aquests ”agents de l’ordre públic” – quin sarcasme!- no només perdin la seva feina en el cos de la policia eslovaca, sinó que també siguin processats per a que les autoritats judicials determinin el càstig que els correspongui, que com a mínim hauria de ser l’expulsió definitiva de la policia al seu país.
NUEVE POLICIAS MISERABLES Y RACISTAS
Cuando me enteré no me lo creí. Nunca pensé que eso pudiera ser verdad. Sobre todo porque esa historia yo la había oído en varias ocasiones cuando era jovencito.
Me contaban algunos gitanos que en pleno franquismo, aquella Guardia Civil caminera, —la misma de la que con tanta fuerza y dramatismo hablaba Federico García Lorca— martirizaba a los pobres gitanitos que se encontraban por los caminos y campos de España obligándoles a pegarse unos a otros.
Les apuntaban con sus mosquetones o les empujaban a culatazos para que se apalearan entre sí hermanos contra hermanos, cuñados contra cuñados o yernos contra sus suegros.
Era el espectáculo sangrante que se reservaban para sí hombres sin alma en cuyos cuerpos no cabía ni un gramo de humanidad.
—Perdóname hermano —se decían unos a otros, bebiéndose las lágrimas hundidos por el dolor y la impotencia.
—¡Más fuerte, más fuerte! —gritaban aquellos demonios empujando con sus fusiles a aquellos pobres desgraciados para que se atizaran con más fuerza y violencia.
Repito, yo creía que esta escena pertenecía mis recuerdos de juventud y que nada parecido podría acontecer ya después de tantos años. Pero la realidad es mucho más constante y dramática de lo que pudieran ser nuestros deseos.
Ha sido en Eslovaquia, país centroeuropeo que ha entrado a formar parte de la Unión Europea en la última ampliación.
Sastipen thaj mestipen.
Salud y libertad.
JUAN DE DIOS RAMÍREZ-HEREDIA
Presidente de Unión Romaní