Isabel Seck / Canalsolidari.org: Bárbara, Sandra, Isa e Isabel son cuatro chicas cuyos novios y maridos, originarios de Senegal, se encuentran acosados por las frecuentes redadas y controles masivos de inmigración.
Entre ellas se informan, ayudan y consuelan. Isabel nos cuenta su experiencia en el CIE de Aluche de Madrid.
Las cuatro hemos formado un microgrupo de autoayuda entre nosotras donde la una a la otra recurrimos para organizar algún tipo de “terapia” que nos ayude a asimilar la situación que estamos viviendo de la mejor forma posible y reduciendo los miedos que estamos adquiriendo (es complicado ser mujer de una persona cuya situación ya es difícil por el período migratorio que sufre, junto con su situación irregular, más las políticas y la sociedad que actúa en muchas ocasiones de forma discriminatoria, incluso me atrevo a decir xenófoba).
Sandra y Modou (su pareja) se casaron por lo civil en febrero pero aún no han conseguido los papeles para Modou ya que en una ocasión la policía acudió a la casa de ellos con un “papelito” que decían no saber lo qué era. Sandra y Modou firmaron este “papelito” creyendo que era para solucionar la cuestión de arraigo y después de unas semanas descubrieron que firmaron un trámite de expulsión de 5 años sin derecho a recurso.
Isa y Ams van a declararse pareja de hecho, e Isa evita que Ams esté mucho en la calle (ya que frecuentemente en Lavapiés la policía acude para pedir la documentación).
Pape y yo nos casamos por el rito del Islam, pero no es legítimo en nuestro código civil, por lo que para cuestiones legales somos simplemente “novios” y de momento tenemos que continuar así.
Pero lo que más nos preocupa es la situación de Bárbara. El jueves pasado, Bárbara y Yekini, acudieron a los juzgados de Plaza Castilla para resolver una cuestión, y cuando volvían en metro dos policías secretas les pararon en el mismo andén para pedirles la documentación.
Tras cuatro horas dialogando para llegar a un acuerdo y tras presentar su abogado todos los papeles que demuestran su arraigo, los policías se llevaron a Yekini ignorando la resignación y la angustia de Bárbara. Al día siguiente tuvo un juicio en el que le destinaron al CIE de Aluche (los 20 senegaleses juzgados en ese mismo juicio fueron a Aluche). Dos días más tarde, Bárbara aún no sabía nada de él y se acercó al CIE para intentar verlo.