El miércoles dos de noviembre ACNUR MARRUECOS pudo desplazarse hacia la ciudad de Guelmin para atender a los inmigrantes demandantes de asilo que se encuentran retenidos en el campamento militar próximo.
Los demandantes de asilo efectuaron múltiples acciones de lucha y presión, como comenzar una huelga de hambre, denunciar la situación vía telefónica en cadenas de radio internacionales y ponerse en contacto con organizaciones sociales pidiendo a éstas apoyo a sus demandas.
La situación, como casi todas en esta crisis, se volvía un tanto surrealista. El martes por la mañana, tres demandantes de asilo (dos Costa marfileños y un congolés) que se encontraban en el campamento de Nador son obligados a introducirse en un autobús por la fuerza. En un primer momento, los inmigrantes reciben la información de las fuerzas del orden marroquíes que su destino es el aeropuerto de Nador y el pánico hace presencia entre los tres.
Después de múltiples llamadas el rumbo del autobús parece cambiar y les dicen que serán trasladados a Rabat, pero en ningún caso a un aeropuerto.
Otra vez nos encontramos siguiendo un autobús para evitar perder la pista de los tres demandantes de asilo. Después se dirigirían hasta Agadir, y de allí al campamento militar de Guelmin.
Se reúnen con otros demandantes de asilo de CONGO RDC, GHANA, COSTA DE MARFIL, SIERRA LEONA, LIBERIA YMALI.
Las autoridades marroquíes informan que todas las personas inscritas en un listado enviado por ACNUR van a ser trasladadas a la ciudad de Guelmin porque funcionarios de esta organización les están esperando.
Algunas de las personas, que dicen haber demandando asilo, y no están en esa lista intentan entrar en los autobuses por la fuerza. En estos forcejeos las autoridades marroquíes pegan a un demandante de asilo Costa marfileño.
Al llegar a las dependencias policiales de Guelmin, encuentran a un grupo de funcionarios de ACNUR.
Los inmigrantes relatan entre risas e ironías que instalan en esas dependencias camas, dando el aspecto de buenas condiciones, ni mucho menos las que están sufriendo en el campamento militar.
Evidentemente las esperanzas de los demandantes de asilo es de salir de su retención y volver a sus casas, muchos de ellos viven en Rabat y Casablanca.
M.J., demandante de asilo congolesa que está en el campamento militar con su hija de nueve años, nos relata sus esperanzas ese miércoles de la siguiente manera, « hemos cogido todas nuestras cosas, aunque no son muchas, mi niña está muy contenta, podremos volver a mi casa en Rabat, mi marido sigue allí, también es demandante de asilo. Por fin podré empezar a buscar a mi hijo de ocho años que lo perdí en la redada donde nos detuvieron a mi hija y a mí. Te imaginas, fue hace un mes, entraron a casa los militares forzando la puerta a las cuatro de la mañana, nos dijeron que era por una verificación de documentación y después nos llevaron al desierto, pero hoy volveré a mi casa ».
Según los demandantes de asilo cuando se encuentran frente a los funcionarios de ACNUR, éstos les informan que van a pasar la entrevista definitiva para decidir su estatuto de refugiado.
En estos momentos los inmigrantes comienzan a sentirse inseguros, también les han dicho que se decidirá su situación en tres días y que durante ese tiempo volverán al campamento militar.
De todas nuestras entrevistas con los demandantes de asilo podemos extraer las siguientes conclusiones:
- La mayoría de los demandantes de asilo expresaron a los funcionarios de ACNUR que debido a todo el sufrimiento, e incluso torturas, a las que habían estado sometidos, no se encontraban en condiciones de afrontar una entrevista de estas características. Dentro de los inmigrantes demandantes de asilo hay distintos grupos que han sufrido distintos tipos de deportaciones y vejaciones:
- Demandantes de asilo deportados al desierto con Argelia, a la zona de Ayn-Chouater. Dicen haber visto gente muerta en su grupo, muchos de ellos han andado hasta ochocientos kilómetros antes de ser de nuevo detenidos por las autoridades marroquíes.
- Demandantes de asilo deportados al desierto en zona minada en conflicto con el Sahara. Uno de estos grupos ha visto morir a M. U, nigeriana que fue dejada junto a los otros y su bebé de trece meses en una zona sin agua ni comida.
- Demandantes de asilo expulsados a Marruecos desde el estado español con un procedimiento totalmente ilegal e irregular.
- Todos han sufrido detenciones en Marruecos, la mayoría sin pasar por un tribunal y sin tener en ningún momento la asistencia de un abogado, médico o traductor. Estas detenciones se han producido en instalaciones insalubres, donde no cuentan ni con asistencia médica ni con una alimentación adecuada a las necesidades mínimas de un ser humano. En todo momento, los demandantes de asilo denuncian que durante las detenciones han sufrido insultos, vejaciones, miedo, falta de información y en algunos casos, tres en concreto, agresiones físicas. Además, dos de las mujeres demandantes denuncian intentos de agresiones sexuales por parte de fuerzas de seguridad marroquí y demandan asistencia psicológica.
- Las entrevistas tuvieron duración de entre treinta minutos y una hora, tiempo que la mayoría de ellos denuncia como insuficiente.
- Aunque los funcionarios de ACNUR tuvieron una actitud en todo momento respetuosa y comprensiva con los demandantes de asilo, las entrevistas tuvieron lugar en dependencias de las fuerzas de seguridad marroquíes y bajo su presión antes y después del momento en que el inmigrante era entrevistado.
- Al menos dos de los demandantes de asilo I. (maliense) y M. (congolés menor de edad) hicieron la entrevista en francés, un idioma que manejan con dificultad. I. pidió encarecidamente un traductor para poder expresarse en bambara, su lengua natal.
- Los demandantes de asilo dicen no haber sido todos informados de su derecho a efectuar un recurso en el caso de que la respuesta a su demanda sea negativa.
- Los demandantes de asilo lamentan que el ACNUR no haya tenido acceso en ningún momento al campamento militar en el que se encuentran retenidos. Primero porque deseaban que ACNUR fuese testigo de las condiciones infrahumanas de dicha detención y segundo porque algunos compañeros que deseaban pedir asilo o que ya lo habían pedido quedaron en el campamento sin la asistencia que pedían.
Por nacionalidades efectuamos una evaluación de la situación en el campamento.
- De los veintisiete costa marfileños:
- Cinco han pasado la entrevista con ACNUR.
- Uno de ellos no pudo ver al ACNUR aunque posee demanda de asilo expedida en Rabat.
- Dos de ellos habían pedido la cita para depositar su demanda de asilo en Rabat pero fueron detenidos antes de poder hacerlo. Tampoco tuvieron acceso al ACNUR.
- Los diecinueve restantes expresan su deseo de interés de entrevistarse con el ACNUR porque dicen que muchos no pueden regresar a su país, algunos están pensando que hubiera sido mejor cambiar la nacionalidad ante la deportación inminente a un país en guerra.
- De los treinta y tres congoleños:
- Uno de ellos tenía el recibo de la cita y ha podido ver a ACNUR Marruecos pero no han tramitado su demanda de asilo porque su nombre no aparecía en la lista primera.
- Dos de ellos manifiestan tener demanda de asilo tramitada por primera vez en el mes de abril y que aunque logró presentarse delante de ACNUR no tuvo acceso a la entrevista.
- Dos de ellos expresan su deseo de demandar asilo pero no han podido tener acceso a los funcionarios de ACNUR.
- El resto ha pasado la entrevista y espera la respuesta sobre su dossier. Algunos de ellos habían dado otro nombre para poder tener acceso a ACNUR y pudieron efectuar su demanda de asilo con su nombre verdadero. Dicen que las autoridades marroquíes fueron informadas de este hecho y se sienten molestos y dañados en su privacidad.
- De nacionalidades anglófonas (Sierra Leona, Liberia, Ghana y Sudán):
- Cinco inmigrantes de Liberia han efectuado la entrevista.
- De los once de Sierra leona tres han pasado la entrevista, pero los restantes no han tenido oportunidad de pedir asilo, entre ellos el marido de la chica nigeriana muerta en el desierto que se encuentra en el campamento militar con su bebé de un año y tres meses.
- Tres de Ghana han podido hacer la entrevista.
- Hay ocho sudaneses, del sur de este país, que nunca han pedido asilo porque no creen en la protección de las autoridades marroquíes y que expresan un pánico feroz a ser deportados a su país de origen.
Después de analizar la situación por la que han pasado, los demandantes de asilo nos han transmitido determinadas consideraciones para que sean tenidas en cuenta por las organizaciones sociales y ACNUR.
- « Da la sensación de que ACNUR MARRUECOS trabaja bajo presión del gobierno marroquí y de forma limitada, cosa que nos hace temer por nuestra integridad física. « .
- « Algunas personas que necesitaban de la protección de ACNUR MARRUECOS no han podido tener acceso a demandar asilo ».
- « No estábamos en condiciones ni físicas ni morales para pasar una entrevista de esa importancia ».
- « Aunque nuestra demanda de asilo sea aceptada muchos de nosotros tenemos miedo de establecer nuestra residencia en Marruecos, después de ver que los derechos de los refugiados no se cumplen.
- « En el campamento hay tres mujeres congolesas, dos menores de la misma nacionalidad, una mujer de Liberia y otra de Sierra León. Hay que tener en cuenta las especiales características del colectivo de mujeres que a su demanda de asilo por la situación de persecución en sus países hay que unir la violencia de género que han sufrido durante el camino y en Marruecos. Dato a tener en cuenta para apoyar su demanda de asilo. »
- « Expresamos nuestra decepción porque no pudimos transmitir a los funcionarios de ACNUR todas las vejaciones y humillaciones sufridas de parte de las autoridades marroquíes. Las entrevistas se centraron en las causas de demanda de asilo. »
Para finalizar nos gustaría completar con algunas declaraciones de los demandantes de asilo sobre su detención en el campamento militar de Guelmin.
- « Quiero que vengas a llevarme de aquí porque hace mucho frío y hay militares que tienen muchas armas y siempre están ahí » , G. congolesas de nueve años.
- « Que nos saquen de aquí y que busquen para nosotros otro país que respete los derechos de los demandantes de asilo », O., congolés.
- « Sufro crisis de hipotensión, desde que fui deportada al desierto y después anduve quinientos kilómetros estoy cojeando, la rodilla no me responde. Mi hijo de ocho años está desaparecido, esto es el infierno », M. J., mujer congolesa.
- « Alguien tiene que ayudarnos. La situación es muy mala, nos estamos muriendo. Que alguien venga a salvarnos. » U. Sierra leonés.
- « No tenemos comida. Hay muchos mosquitos. La gente está enfermando. No tenemos asistencia médica y cada día son las diarreas. El agua creo que no es ni potable » M. sudanés.
- « Cuando la guerra comenzó a atacar a mi familia conseguí un visado a Marruecos, estaba arreglando mi residencia cuando me deportaron al desierto y después a este campamento militar. Jamás pensé que esto fuera peor que mi país. Aquí me matan poco a poco y allí también, estoy desesperado » T., costa marfileño.
Federación de Asociaciones de SOS Racismo en el Estado Español
12 noviembre 2005