Recollim la entrevista que li vam fer a Castro Nguema, membre del Consell de SOS Racisme i activista antiracista, publicat al diari El Quinze de Público, el 8/01/2021.
¿Qué le llevó al activismo? Mi padre influyó bastante. Soy hijo de un hombre rebelde contra el régimen [de Obiang]. Acabaría en la cárcel por mis convicciones. ¿Qué convicciones? Por ejemplo, por decir que lo primordial es acabar con todas las dictaduras que hay en África, y llegar a la emancipación real. El principal problema son las dictaduras y el control de Occidente sobre el continente africano. Hay que generar conciencia entre los jóvenes.
¿Se esperan el racismo que encuentran en Europa? Es algo imprevisto, porque la sociedad europea es completamente distinta a la nuestra. En África no hablamos de racismo. Uno empieza a hablar de racismo cuando llega aquí. Desde aquí les hablamos de racismo a nuestros primos, y se lo toman como un juego. No se lo imaginan.
¿Qué retos tiene Europa? Hay personas que son racistas y que no lo saben. Muchos creen que el racismo conlleva odio, pero muchos lo son aunque tengan una pareja negra o amigos negros.
¿Cuál es el mayor problema para ustedes? La mayoría no puede vivir en pisos dignos. Para el nativo, el problema de acceso es económico; a mí, teniendo el dinero, me dicen que no porque soy negro. ¿Es el único? También están los microrracismos que se viven a diario. Cuando resides en un país europeo te sientes observado las 24 horas, en cualquier establecimiento. El lenguaje no verbal es constante e invisible y es de lo que genera más estrés. Mucha gente sabe que jamás formará parte de esta sociedad. El lenguaje no verbal es brutal.
¿Y qué pueden hacer los migrantes? Empoderarse y practicar el comunitarismo. Individualmente somos frágiles, pero usando el comunitarismo nos empoderaremos y evitaremos cosas como lo de Badalona [el reciente incendio mortal], daremos trabajo a esas personas. Es la única forma de combatir el racismo institucional.
¿Cree que se podrá erradicar? Iría en detrimento de la calidad de vida aquí; se notarían los efectos directamente. Para que haya capitalismo se necesita el racismo. Una persona no se puede imaginar que el dinero sale de la esclavitud monetaria que tenemos en África. El continente africano está completamente confiscado y en Occidente educan para ser insensible a esto, a verlo como “qué se le va a hacer” y pensar que los africanos son víctimas de su propio sistema. Acabar con el racismo implica disminuir el nivel de vida de los europeos. ¿Por qué? Desde Senegal hasta el golfo de Guinea, los puertos están ocupados por miles de multinacionales europeas. Es puro terrorismo financiero. Y la gente en Europa dice: “Son sus presidentes”. Pues no son los presidentes, sino que son los subalternos del sistema occidental.
JUECES Y RACISMO
Víctima de una agresión en el metro, Castro Nguema lamenta que en la condena no se reconociese el racismo. Y critica que lo que lleva a un juez a banalizar el racismo es producto de la educación que le ha dado la sociedad. “Por lo menos –considera el activista–, esos Mossos d’Esquadra y seguratas se lo pensarán dos veces antes de agredir otra vez”.
