Manifest de la Plataforma "Salvemos la Hospitalidad"

 

L'avantprojecte de la reforma de la Llei d'Estrangeria preveu sancions a aquelles persones que ajudin als inmigrants irregulars. En concret, l'article 53 C d'aquest projecte de llei considera que "promoure l'estància irregular d'un inmigrant" (entenent que l'inmigrant depèn econòmicament de l'infractor i es perllongui l'estància més enllà del període autoritzat legalment) constitueix una infracció greu a la que correspondria una sanció de 501 a 10000 euros.
La promulgació d'aquesta reforma de la Llei d'Estrangeria suposaria la criminalització, per "promoció de la permanència il·legal a Espanya" d'aquelles organitzacions i ciutadans que duen a terme una labor de solidaritat i acollida amb les persones estrangeres en irregularitat administrativa i negaria definitivament qualsevol forma de suport i ajuda a les persones en situació irregular. A més fomentaria el silenci dels ciutadans front a les violacions dels Drets Humans que envolten el fenòmen de la inmigració i contribuïria a la criminalització a priori de l'inmigrant irregular. 
Davant d'aquesta situació, la Plataforma "Salvemos la Hospitalidad" demana la modificació de l'article 53 C de manera que s'inclueixi la necessitat "d'ànim de lucre" de l'infractor perquè sigui sancionable. D'aquesta manera ha emès un manifest al que ja s'hi han adherit diverses organitzacions, juristes, personalitats del món polític i cultural i particulars. D'entre les entitats firmants s'hi inclueix SOS Racisme, la Comissió Espanyola d'Ajuda al Refugiat (CEAR) i la Conferència Espanyola de Religiosos.
Podeu llegir el manifest a continuació i adherir-vos enviant un correu electrònic amb les vostres dades a: jrios@der.upcomillas.es i mgallego@der.upcomillas.es

 

 

 

MANIFIESTO PARA LA  REFORMA DEL ART.  53  C) QUE SANCIONA A QUIENES AYUDEN SOLIDARIAMENTE A LAS PERSONAS EXTRANJERAS EN SITUACIÓN IRREGULAR.

                         “SALVEMOS LA HOSPITALIDAD” 

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, tienen el deber de comportarse fraternalmente los unos  con los otros” (art. 1 Declaración Universal de los Derechos Humanos). 

Uno de los deberes presente en todas las culturas, y en algunas, seña de  identidad, es el de la “hospitalidad”. Este deber ético, traducido incluso en forma de sanción cuando su omisión provoca riesgos para la integridad física del otro, está gravemente amenazado en España si prospera la anunciada reforma de la legislación de extranjería. 

A la tendencia criminalizadora de la inmigración ilegal (considerar a la persona que quiere sobrevivir desplazándose por el planeta como un peligroso delincuente), se une ahora la de aplicar un marco sancionador a las personas que de manera solidaria ejercen el deber de la hospitalidad, colocando su comportamiento altruista como forma proscrita de”promoción de la permanencia ilegal en España”. Ello pone en automática situación de ilicitud a miles de personas que acompañan, hospedan en sus casas y apoyan a personas sin papeles. De este modo, ONG, Congregaciones religiosas y ciudadanos, que vienen ejerciendo el deber de acogida y la solidaridad para con las personas inmigrantes en situación de irregularidad administrativa, verían perseguida su actuación. Más aún: la reforma pretende  ampararse en el silencio cómplice de los ciudadanos ante estos atropellos contra la dignidad humana y los derechos fundamentales. 

En concreto, el art. 53 c) del Anteproyecto de modificación de la Ley de Extranjería  sanciona como falta muy grave con la multa de 501 a 30.000 euros “a quien promueva la permanencia irregular en España de un extranjero. Se considera que se promueve la permanencia irregular cuando el extranjero dependa económicamente del infractor y se prolongue la estancia autorizada más allá del plazo legalmente previsto”.

Con el pretexto de proteger a los extranjeros sin papeles frente al abuso y las mafias, se incrementa exponencialmente su vulnerabilidad y se les priva de toda suerte de apoyo social solidario. Esta reforma legal tiene una enorme trascendencia ético-política: crea una norma que convierte en ilegal un principio-valor tan estructuralmente necesario en un Estado como es la solidaridad.

El objetivo de esta norma es intimidar a los ciudadanos españoles o extranjeros con papeles para que nieguen toda forma de apoyo a la persona en situación irregular y ésta se quede sin ningún tipo de ayuda, es decir, en la calle, sin comida, ni vestido, ni dinero, para que mediante la presión de esta situación de precariedad absoluta, vuelva a su país. Se olvid
a que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio” (art. 13 Declaración Universal del Derechos Humanos) y que “en caso de persecución toda persona tiene derecho a buscar asilo y disfrutar de él, en cualquier país” (art. 14 DUDH).

Ante esta situación, exponemos:

1.- Que hemos constatado, después de tantos años acogiendo y acompañando itinerarios vitales de personas en situación de extrema vulnerabilidad personal y social, el valor de la solidaridad y la convivencia en nuestros domicilios como forma concreta de expresión de corresponsabilidad humana y social con aquellos que no tienen los mínimos de supervivencia –casa, pan y trabajo-.

2.- Que una parte significativa de la responsabilidad de la miseria en que se hallan los pueblos de origen de quienes tiene que migrar a España está provocada  por procesos históricos y políticas económicas y colonizadoras (y descolonizadoras) de los Estados del denominado Primer Mundo,  que mantiene intereses en el sostenimiento de regímenes no transparentes ni democráticos en el Tercero (incluida, por cierto, la venta de armas y el tráfico de personas).

3.- Que el principio de solidaridad para con los más desheredados del mundo es un elemento ético de legitimación en una sociedad que se denomina democrática, que considera que los bienes de la tierra tienen un destino universal y que ni la propiedad ni las fronteras pueden tener un valor absoluto ante la miseria del prójimo y su derecho a sobrevivir.

4.- Que el Estado español pierde toda legitimidad ético-jurídica cuando legisla contra el contenido esencial de los Derechos Humanos,  despoja de todo tipo de ayuda material a las personas en situación irregular y pretende intimidar con graves sanciones a quienes ejerzan la hospitalidad y el cuidado del otro. Ante ello, con independencia de otras numerosas discrepancias, proponemos al Gobierno, en este punto concreto, como auténtico mínimo ético, que modifique el Anteproyecto en el sentido de incorporar al texto normativo la necesidad de “ánimo de lucro”en el infractor  para que pueda ser sancionable.

               PLATAFORMA “SALVEMOS LA HOSPITALIDAD”

Julián Carlos Ríos Martín. Profesor de universidad. MadridJosé Luis Segovia Bernabé. Profesor de universidad. SalamancaMaría Dolores Rodríguez Pelaez. Ciudadana. Miguel Santiago. Profesor de Instituto. CórdobaRamón Saez Valcárcel. Magistrado. Madrid Daniel Izuzquiza. Sacerdote jesuita. MadridPilar Sánchez Álvarez. Abogada. MadridEnrique Romá Romero. Veterinario. AlicanteJavier Baeza Atienza. Sacerdote. MadridGuillermo Toledo. ActorFélix Pantoja García. FiscalLuis Guitarra. Cantautor. MadridSiro López. Artista. MadridRafael Pascual Díez. Abogado. MadridManuel Gallego Díaz. Profesor de Universidad. Madrid

Julián C. Ríos Martín                                                 Manuel Gallego Díaz

jrios@der.upcomillas.es                                             mgallego@der.upcomillas.es

Universidad Comillas.                                                Universidad Comillas

C/Alberto Aguilera nº 23.                                           C/ Alberto Aguilera, 23       

Madrid 28015                                                                Madrid 28015

 

 

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